1 septiembre, 2012

web_20120901_rebollarNos dirigimos hacia la granja del municipio de Rebollar, San Pedro de Gaillos (Segovia), donde C. y M. nos han citado a las 12.30, ya que van a matar a varios conejos. Al llegar nos están esperando, y C. se mete dentro de una nave para salir con tres conejos en un carrito.

Nos dirige hacia la zona de la matanza, que se trata de la propia verja que delimita la granja, en la cual ha dispuesto varias cuerdas atadas a la misma, para atar de una pata a cada conejo, y en un árbol el cuchillo clavado. Tras atar a los conejos de sus patas derechas, agarra el cuchillo y, en presencia de M., su sobrino de aproximadamente ocho años y nosotros, se lo clava a uno de los conejos por debajo de la oreja y lo degüella, sujetándole la cabeza mientras se desangra para que no se mueva y no nos salpique la sangre.

Después de medio minuto, cuando le suelta para que termine de desangrarse, aún se mueve. Acto seguido le quita la piel de la cabeza y del resto del cuerpo. A continuación clava el cuchillo al segundo conejo y repite la misma operación. Y lo mismo ocurre con tercero, el cual se retuerce aún más mientras se muere. “Si les das bien, tardan medio minuto”, es lo que comenta C. tras degollar al último.