Vamos al matadero de conejos J. Grau, S.L. situado en Calaf, Barcelona. Nos recibe el veterinario que supervisa todo el proceso y nos va guiando por las diferentes dependencias explicándonos qué se hace en cada una de ellas.
La primera es la sala donde están los conejos vivos hacinados en cajas de plástico. Van cogiendo uno a uno y los aturden para después cortarles el cuello con un cuchillo. Vemos conejos de varios tamaños, y nos llama la atención que también hay conejos bastante pequeños.
Después de ver las siguientes salas, llegamos a una que nos impacta. Se trata de la sala que precede a la cámara frigorífica. En ella, circulan los conejos muertos a lo largo de siete filas aproximadamente y en el suelo fluye la sangre recorriendo toda la sala.
Es una imagen que siempre nos acompañará. Los conejos colgados de las patas, despojados de su piel y de sus órganos, dirigiéndose a una cámara frigorífica para después ser transportados a un supermercado.
Según van pasando los meses, se nos va haciendo más difícil. Son muchas escenas de violencia las que hemos presenciado y aunque nos da fuerzas para continuar documentando la masacre que supone la industria de la carne, esas imágenes ya forman parte de nuestros recuerdos.
