4 marzo, 2013

web_20130304_granjarosersDe nuevo en la granja Rosers, M., el granjero nos muestra cómo mata un conejo que está enfermo y no se puede llevar al matadero. Lo saca de la jaula, coge una barra de hierro forjado de 50 centímetros aproximadamente y nos conduce fuera de la nave, hacia el contenedor de conejos muertos. “Mira, tú le das aquí encima entre las orejas y los ojos, y le das un golpe seco, ¡pam!, verás que a lo mejor saca sangre por la frente o por la boca, es normal, le has roto el cráneo… y no sufre el animal, verás que no sufre”.

Acto seguido le da un golpe seco en la cabeza con la barra oxidada, el animal empieza a borbotear sangre, y acto seguido lo tira al contenedor, donde vemos como sigue sangrando abundantemente por la cabeza mientras se retuerce. Después de golpearle comenta: “ahora ya no sufre ni chilla ni nada, ves, que le sale sangre de allí, pero no se entera porque ya está inconsciente”.

En todo momento el granjero parece muy preocupado por hacernos ver que el conejo no sufre, de hecho y a pesar de la confianza, no nos permite grabar la matanza del animal. Nos comenta que ésta es una práctica habitual para él, cada vez que lleva conejos al matadero, hace revisión y los que están enfermos o no aptos tienen el mismo final con la barra de metal.